ENSAYO
La
literatura como forma de escritura de lo social, es “parte inseparable de la
totalidad de una cultura “y su material, el lenguaje como creación del hombre
transmite la herencia cultural del grupo lingüístico que lo habla. Rene Wellek
y Agustín Warren. Teoría literaria.
Partiendo de lo
anterior, la obra La Metamorfosis (1º
edición 1915) de Franz Kafka (1883 - 1924), permite profundizar en el ser
humano, atormentado y atemorizado, aunque también lúcido y soberbio que se
ocultaba bajo la máscara del discreto y oscuro empleado de seguros. Así, la
obra es una forma del autor expresar sus sentimientos, pensamientos con
respecto a su trabajo en la “Compañía de seguros de Accidentes de trabajo”,
donde colaboró desde 1908 hasta 1922, en este año fue su prematura jubilación a
causa de su enfermedad (tuberculosis).
Es de rescatar,
que el escritor hispanoamericano Jorge Luis Borges reconoce que “Kafka es el
gran escritor clásico de nuestro atormentado y extraño siglo”[1]
porque en sus obras deslumbra al mundo, pero detrás hay una vida oscura, ya se
simboliza y resalta los terrores y los horrores, el absurdo y la dolorosa
insensatez de la época.
Así pues, se
establece como vestigio la presión laboral, definida la última palabra como
todo lo relacionado “al trabajo o relativo a él, sobre todo en lo que concierne
a sus aspectos jurídicos y económicos, tiene que ver con contrato, legislación,
incapacidad laboral”[2];
se anota que éste ejercicio genera presión o acoso, conocido comúnmente a
través del término inglés “mobbing: ‘asediar’, ‘acosar’, ‘acorralar en grupo’,
es tanto la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo,
terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado hacia su trabajo, como
el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador. Esta persona o grupo de
personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos
negativos y hostiles dentro o fuera del trabajo. Dicha violencia psicológica se
produce de forma sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, a lo
largo de semanas, meses e incluso años. Una situación de acoso muy prolongada
en el tiempo, además de enfermedades o problemas psicológicos, puede
desembocar, en situaciones extremas, en el suicidio de la víctima”.[3]
De este modo, la
presión laboral a la que se refiere Kafka en su obra se resume en la influencia
que tiene tanto por parte de su familia, conformada por madre, padre y hermana,
por sostener los gastos propios de un hogar, de velar por los interés grupales
más no por los personales, porque prevalece lo social sobre lo personal; y por
otro lado, por el principal quien “asedia” a Gregor para que pague las deudas
familiares y de mayor rendimiento en la venta de los seguros de su compañía,
porque si no es productivo no sirve y estorba. Por ello, se generan tensiones y
preocupaciones en el protagonista, por la manera de conseguir dinero o surgen
interrogantes sobre: si su salario es suficiente para solventar todos los
gastos y obligaciones. Lo cual se convierte en estrés, concebido como “una respuesta fisiológica que el cuerpo tiene para
adaptarse a cualquier cambio que ocurra en el organismo o ante cualquier
amenaza, causándolo estresores físicos, psicosociales y ocupacionales, dejando
como consecuencia depresión, ansiedad, fatiga, poca estima, amenaza, tensión,
habla afectada”[4].
Ejemplos evidentes en el escrito, a través del cambio que se produce en Gregor
cuando no encuentra salida y solución a toda la presión laboral y familiar a la
que se había sometido.
En La
metamorfosis, Franz Kafka aborda el tema del autoritarismo, mediante la
historia de un viajante de comercio, llamado Gregor Samsa, el cual despierta una
mañana transformado en un insecto, convirtiendo éste en un pecado que lo lleva
a sufrir los más grandes sinsabores por parte de su familia, el trabajo y la
sociedad. Después de diversos acontecimientos, el personaje principal termina
de una manera trágica, mientras que su familia, lo más cercanos a él, toman
este suceso como una liberación para seguir adelante con su vida.
Es de anotar,
que en la primera parte, “Autoridad laboral", el personaje principal se ve
enfrentado a su jefe, quien después de un rato de espera, habla con Gregorio a
través de la puerta. Al ver la reacción del principal, sale ya convertido en un
insecto, provocando la exaltación de los personajes en la escena. En
"Autoridad fraternal", Grete la hermana de Gregorio, parece ser quien
ahora posee el mando, pues ella es la encargada de la supervivencia de Gregorio
al encomendarse a darle de comer, y a limpiar un poco; sin embargo, el poder no
es ejercido de una manera total y autoritaria, como se presenta en los demás
capítulos. "Autoridad paternal" es la parte centrada en el arrebato
del padre, el cual es originado por la supuesta agresión de Gregorio hacia su
madre, comenzando así las actitudes hostiles que llevan al paulatino desdén por
Gregorio.
La última parte,
"Autoridad Social", es llamada así porque es en esta parte donde la
autoridad es ejercida por tres huéspedes representantes de la sociedad, si bien
no hacia Gregorio, hacia la familia entera. Los capítulos de esta obra están
fuertemente relacionados con su autor y época, como ya hemos mencionado antes,
ya que el mismo Franz Kafka sufrió la obligada subordinación de su padre y la
sociedad en que vivía, así como el cuidado por parte de su hermana cuando
enfermó de tuberculosis.
El autor
plantea, de una manera extraordinaria, su biografía, su sometimiento hacia su
padre, dándonos a conocer las consecuencias y sentimientos experimentados bajo
tal régimen autoritario, en donde el único error a cometer es haber nacido
dentro de ese sistema. Asimismo, la obra en cuestión es una clase de crítica al
gobierno de aquella época, plena de subordinación y autoritarismo, donde las
cosas están ya predeterminadas sin explicación ni razón alguna —como se observa
en el relato—, así como la inferioridad suscitada por el hecho de ser judío.
Sin duda, toda
la obra apunta a lo que fue la vida de Kafka, plasmando a éste como un insecto,
análogo al hecho de ser judío, que además de vivir bajo el mando de su padre,
sufría desprecios que, en ocasiones, provocaba un sentimiento de inferioridad y
de culpa en él.
“Frases como:
"Por eso había él comenzado a trabajar con tal ahínco, convirtiéndose […]
de dependiente sin importancia, en todo un viajante de comercio.",
"Innumerables patas, lamentablemente escuálidas […]", "[…] ¿qué
pasaría si yo siguiese durmiendo […] y me olvidase de todas las
fantasías?", "Gregorio encontrábase […] separado de la madre, la cual,
por culpa suya, hallábase […] en trance de muerte", junto con otras citas
más, lo evidencian, pues efectivamente, Kafka era dependiente de su padre, más
tiempo después obtuvo un trabajo similar al de Gregorio.
La historia es
planteada por un narrador extradiegético, con esporádicas intervenciones del
estilo directo; en pocas ocasiones, el narrador extradiegético se inmiscuye en
el estilo directo, dando una idea de superioridad ante tal caso. El narrador
omnisciente podría resultar en la representación de la autoridad que somete al
estilo directo, ocupando así en su mayoría las intervenciones en la obra,
proporcionándole el poder de la narración.[5]
Por otra parte,
el tiempo en el que se desarrolla el relato, es un tiempo lineal, sin
digresiones, que proporciona un fácil entendimiento en el transcurso de los
acontecimientos, para así mostrarnos la progresiva autoridad ejercida por los
diversos tipos de relación ahí presentados.
Como conclusión,
toda la obra genial, tiene varias lecturas: una, la de símbolo de un mundo
absurdo, otra, la de la entrada de la imaginación y de la fantasía por la
puerta grande de la narrativa, y una tercera, la de una novela fascinante,
divertida, liberadora.
Clara
Inés Yepes Medina
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