La
diskafpacidad
“Cuando Gregorio Samsa se
despertó en aquella mañana, después de un sueño intranquilo, se encontró en su
cama convertido en un monstruoso insecto” (Kafka 1972), y su vida de sujeto con
valor para su familia, tornó a ser un
problema que terminaría afectando la acostumbrada dinámica familiar y su
condición humana. Este hombre que cargaba con resignada lealtad la
responsabilidad económica de su familia, llevaba una vida útil y acomodada a la
imposición familiar, para sostener el equilibrio del hogar. Velaba por no
perturbar el descanso de su viejo padre, la frágil salud de su madre y soñaba
con brindarle a su hermana, con quien llevaba una especial relación fraternal, la oportunidad de cultivar sus
habilidades musicales, pese a sacrificar sus deseos, a costa de sostener un
trabajo que no le satisfacía en su vida personal.
El día en que Gregorio sufre
su penosa transformación, comienza para él una
continua pérdida tanto de su capacidad para valerse por sí solo, como la
del lenguaje para expresar sus pensamientos, sentimientos y emociones. Ahora la
vida de Samsa se reduce al pequeño mundo de una habitación y a la escasa
comprensión de su hermana para sobrevivir, ahora que es un discapacitado
comenzará a sufrir la incomprensión y la imposición de una cantidad de “barreras
debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva
en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás". (Convención de
la ONU, 2006). La imposibilidad de hacerse comprender a través del lenguaje lo
llevará a perder su empleo, y poco a poco su familia, quienes al no comprender
la condición que lo imposibilita a llevar una vida “normal”, lo reducen a un cuarto y comienzan a temerle
y a sentir vergüenza de él, negándole todo contacto con ellos mismos y con los
demás. Dentro de la rota armonía familiar y social, “casi nunca se incluye a
las personas con discapacidad como integrantes naturales de la comunidad” (ORG
Integrando). Es entonces como posteriormente a la discapacidad llega el
rechazo, la incomprensión y la completa pérdida de la interacción con el mundo.
La familia juega aquí un papel determinante en el confinamiento de este ser, y
no sólo se transforma el mundo de este, si no que la vida familiar va a cambiar
por completo y los sentimientos de amor por Gregorio, van a manifestarse en
algo más parecido al desprecio y al asco, producto del miedo a lo ajeno, que es
ese nuevo ser. Repetidas veces se verá
en la casa Samsa, que los esfuerzos de este hombre para establecer un contacto con
cualquiera de ellos, les genera un desequilibrio , situación conducente a la
desvinculación paulatina del sujeto, de la sociedad y de la deshumanización,
tanto del discapacitado como de sus semejantes, “la hermana…empujaba con el pie
cualquier comida en el interior del cuarto” y después “sin fijarse siquiera si
Gregorio había probado siquiera la comida o si ni siquiera la había tocado,
recogía los restos de un escobazo, el arreglo de la habitación, que siempre
tenía lugar de noche, no podía así mismo
ser más rápido. Las paredes estaban cubiertas de mugre y el polvo y la basura
se amontonaban en los rincones” (Kafka 1972).
La situación no comprendida,
los cambios en el ambiente familiar, descuido, rechazo, temor, negación del
otro, obran en la psiquis familiar el deseo de terminar con la situación que les genera tanto malestar y en voz de la
hermana, se expresa la incapacidad de afrontar el estado del hermano, así que
dando un fuerte puñetazo sobre la mesa
dice “esto no puede continuar así. Si vosotros no lo comprendéis, yo me doy
cuenta. Ante este monstruo, no quiero pronunciar siquiera el nombre de mi
hermano, y por lo tanto sólo diré esto: es forzoso intentar librarnos de él…Cuando
hay que trabajar lo que nosotros trabajamos” (dice el padre) “no es posible
sufrir además, en casa, estos tormentos.” (Kafka 1972),
La discapacidad a la luz de
estos acontecimientos refuerza la condición en la que se siente Gregorio al
despertar de ese sueño intranquilo y lo presenta como a todo aquel que sufre
una invalidez o condición de diferencia, son “estigmatizados y es como si no se los
considerara totalmente humanos” (ORG Integrando), un monstruoso insecto que
causa terror y es blanco del rechazo y
la incomprensión. La humanidad, parece no poder soportar una condición especial
y por tanto diferente, entonces recurre a la anulación del otro tal vez para no
ver en él la frágil condición humana, tal vez
para huir de la inseguridad de lo desconocido; y es tal su encono frente
a esta “fragilidad” que el sujeto que padece en este estado, se desdibuja,
pierde su humanidad, se segrega bajo la oscuridad que lo invisibiliza y termina
convenciéndose de su nulidad, hasta el punto en que Gregorio, en su apacible
meditación “hallábase aún más firmemente convencido que su hermana, de que
tenía que desaparecer” (Kafka 1972). Los Samsa mostruosamente transformados
decidieron “olvidar de una vez las cosas pasadas” (Kafka 1972).
Erika
Alexandra Ortiz Acevedo
Maestría
en Literatura
Universidad
Pontificia Bolivariana
Cohorte
3
Grupo
1
Agosto
30 de 2014
Referentes bibliográficos y cibergrafía:
*KAFKA, Franz. Traducción: Francisco Castillo. Ed. El Cid.
Bogotá 1972.
CONVENCIÓN
SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD, Protocolo facultativo. Preámbulo. Organización de derechos
Humanos
lanación.com,
Sábado febrero 2 de 2013. Editorial.
https://filosofiacriticaposmoderna.blogspot.com/2018/10/la-metamorfosis-aka-la-transformacion.html?m=1
ResponderEliminarUn análisis sobre La metamorfosis de Kafka coma base para una reflexión hacia un nuevo sentido de dicha obra.
(PDF con el texto completo: https://bit.ly/33J2Bn5)
Obviamente, los dos primeros tercios de la presente entrada son totalmente soslayables para quien conozca la obra y lo que académicamente se ha dicho sobre ella. La novedad, si es que como tal podemos presentar el presente análisis, se constriñe a lo escrito en el capítulo Buscando un sentido alternativo, y en menor medida, en el último capítulo, Una carta de Kafka a Kafka.
Buscando un sentido alternativo
Pero ¿Y si, si bien es válido encontrar a la obra múltiples sentidos -en función, obviamente, de nuestros intereses, aunque ello imprima un sesgo a la búsqueda de esos sentidos- Kafka no hubiera albergado ninguno de esos -ya canónicos- sentidos al escribir La metamorfosis?
Veamos lo que Millás en su prólogo recoge: “Dice Maurice Blanchot que aunque Kafka sólo quiso ser escritor, en su Diario íntimo se revela como algo más, de modo que una vez leído este diario, «es a él al que buscamos en su obra». Y añade: «Esa obra forma los restos dispersos de una existencia que aquélla nos ayuda a comprender, testigo inapreciable de un destino excepcional que, sin ella, habría permanecido invisible».”
Así pues “«es a él [, a Kafka,] al que buscamos en su obra»”. Busquémosle, pues.
Si queremos, porque parece ser que sí queremos, ver a Kafka en Samsa, proponemos ver en la transformación de Samsa en cucaracha, la transformación de Kafka en escritor, y en base a ellos, analizaremos a continuación el desarrollo del argumento.
A partir de aquí, y hasta nuevo aviso, donde aparece Kafka, se debe leer Samsa, y donde escritor, cucaracha.
Kafka un día se descubre, y se reconoce, a sí mismo como escritor, profesión que sabe que le va a alejar de una forma radical de su familia, incluso, ¿por qué no?, es posible que ni le entiendan, por -o a pesar de- ser escritor y aunque él y su familia utilicen el mismo idioma. Pero Kafka no siente odio ni rabia por el tiempo en que sí se entendían, el tiempo en que, de alguna manera, él les pertenecía (“a su alrededor todo estaba tranquilo, aunque, sin duda, la casa no estaba vacía. «Qué vida tan apacible lleva mi familia», se dijo Gregor y, mientras miraba fijamente en la oscuridad, se sintió muy orgulloso de haber podido proporcionar a sus padres y a su hermana una vida así, en una casa tan bonita.” La metamorfosis). Sin embargo, sí le preocupa cómo en el futuro su decisión de anteponer su profesión, ser escritor, impactará en sus relaciones familiares (“Pero ¿qué pasaría si toda la calma, todo el bienestar, toda la satisfacción, tuvieran ahora un espantoso final?” La metamorfosis). En ningún momento de la novela Kafka nos muestra un sentimiento negativo o vengativo para con su familia, ni tan siquiera en el más que famoso final, al que volveremos más tarde...